Heridas emocionales en los niños.

Heridas emocionales en los niños.

Profra. Nohemí Galván Elizondo

 

La infancia es una etapa vital que nos condiciona para el resto de nuestra vida. Hay infancias relativamente felices y estables, pero casi todos hemos vivido en alguna ocasión alguna situación que nos ha marcado. ¿Cuál es el rastro que estas heridas emocionales infantiles nos dejan para el futuro?

Hay dolores que el niño no tiene la capacidad de expresar, simplemente algo le pasa, algo le duele, algo le entristece, pero… ¿qué es? Le preguntas ¿por qué lloras? Y contesta: No sé.

Y es fácil culpar, a la escuela, a la sociedad, pero… ¿y los padres?

 Todos tenemos cicatrices emocionales, aunque intentemos ocultarlas. Las heridas que más persisten frente al paso del tiempo no son las heridas físicas, poco nos importa esa cicatriz en la rodilla del día en el que nos caímos de la bicicleta. Duele más y por más tiempo, esa palabra de nuestra madre o de nuestro padre que se hundió en nuestro corazón, para siempre.

 

Esas son las llamadas heridas emocionales, esas heridas sutiles, invisibles, que dejan un terrible castigo y que perduran para siempre en la edad adulta.

 

La mejor educación de los hijos debe llegar por medio del amor, cuidado y cariño de los padres. No debemos olvidar establecer una serie de normas y límites y que, aunque nos duela, debemos emplear en numerosas ocasiones el No ante muchas de las peticiones de nuestros hijos.  Pero todos cometemos errores, y en algunos casos, son errores cuya herida deja una profunda cicatriz en nuestros hijos. Pero como no se ve, no somos realmente conscientes de ello. Intentemos evitar en la medida de lo posible todas estas heridas emocionales para evitar el mayor número de cicatrices futuras en nuestros hijos.

 

1.- LA HUMILLACIÓN.- Hacer que una persona se sienta ofendida en su orgullo o su honor.

Cada vez que ofendes o insultas a tu hijo: le estás humillando. Un niño humillado por sus padres crecerá con una terrible herida en su autoestima. Si las personas que más quiere, en las que confía, le reprochan constantemente aquello que no hace bien, sus pequeños errores, su incapacidad para hacer ciertas cosas… o resalta cualquier pequeño defecto que pueda tener, estará minando para siempre la confianza del niño en sí mismo. Cuando crezca, será terriblemente tímido, se sentirá inferior a los demás, o por el contrario, intentará hacer lo mismo que sus padres hicieron con él, convirtiendo a los demás constantemente en foco de burlas, llamando la atención mediante un comportamiento inadecuado o intentando ‘camuflar’ su baja autoestima bajo una falsa máscara de prepotencia y tiranía hacia los demás.

 

AUSENCIA DE LOS PADRES.- Cuando el niño siente que sus padres no están, se siente abandonado. Esto le genera un vacío y una serie de miedos con los que luchará el resto de su vida. Muchos niños que no se sintieron queridos de pequeños, que se sintieron abandonados por sus padres, se pasan el tiempo durante su edad adulta, buscando emociones fuertes, actividades de riesgo… al tiempo que rechazan el cariño y contacto físico. Además, tendrán problemas para entablar relaciones estables y trabajos o proyectos duraderos.  

 

LA INJUSTICIA.-  Sabemos que la justicia es algo que cambia en los niños según sea su edad. Mientras que para un niño de3 años, todo lo que no sea atender sus necesidades y deseos es ‘injusto’, para un niño de 8 años, es mucho más injusto que él reciba un castigo por algo que hizo o no hizo y que su hermano no lo reciba por un mal que considera ‘similar’. Pero, más allá de esas percepciones de los niños, sí hay hechos justos o injustos. Por ejemplo: hacer regalos a uno de los hermanos y al otro no, tratar a los hijos de forma diferente, tener preferencia por uno de los hijos y que el resto lo note… El sentimiento de injusticia hará que tu hijo, cuando crezca, intente ser lo más rígido posible con todos: alguien autoritario, terriblemente perfeccionista y exigente consigo mismo y con los demás. Muy poco dado al sentido del humor, será un adulto muy racional y seguramente, tendrá problemas para canalizar sus emociones. 

 

LA TRAICIÓN DE SUS PADRES.- Para un niño, la traición de sus padres es muy dolorosa. A veces les prometemos algo, que después no cumplimos. Para nosotros parecerá una tontería, pero para los niños significará que no puede confiar en sus padres, porque le han defraudado. Las promesas se cumplen. Si el niño se siente constantemente defraudado por sus padres, crecerá con la sensación de que no puede confiar en nadie. Por eso, se convertirá en un adulto controlador y perfeccionista, terminará siendo muy exigente con los demás. Será incapaz de delegar responsabilidades y por supuesto, huirá constantemente de la soledad.

 

SENTIRSE RECHAZADO.- El rechazo, como la humillación, es una auténtica mina para la autoestima. Si un padre habla constantemente de su hijo como ‘un estorbo’, o le hace creer que no es el hijo que él esperaba, el niño terminará creyendo que de verdad es un estorbo. De mayor, tendrá una gran dificultad para expresar sus emociones. El miedo constante al rechazo le convertirán en un adulto incapaz de entablar relaciones personales estables.

 

ANULAR LAS EMOCIONES DE LOS NIÑOS.- “No llores por tonterías” hacen más daño a tu hijo de lo que imaginas. El rechazo de las emociones trastocan  la inteligencia emocional en la infancia. Si prohibes al niño llorar, sentir ira o miedo, estarás anulando sus emociones básicas. De mayor, será incapaz de gestionar sus emociones porque no aprendió a hacerlo de pequeño y se mostrará como un adulto frío e irracional, o por el contrario, al no ser capaz de controlar las emociones, puede que se transforme en un adulto demasiado impulsivo, incapaz de dominar sus momentos de euforia, pánico o ira.

 

ARREBATARLE LA INFANCIA.- Algunos padres exigen responsabilidades de adulto a los niños. Esos niños que trabajan a los 8 años, o aquellos que deben cuidar de sus hermanos, niños a los que se les exige sacar buenas calificaciones y se les castiga si no son capaces de sacar la mejor puntuación en todo lo que hacen…  El sentir responsabilidades de adultos o una presión demasiado grande por parte de sus padres les hace madurar antes de tiempo y les priva de una infancia que jamás recuperarán. Esto les genera una frustración que, ya durante la etapa adulta, se transformará en falta de confianza en sí mismos y en algunos casos, desilusión por la vida.

 

LA FALTA DE AFECTO.- El niño necesita sentirse amado, querido, cuidado, protegido por sus padres, cuando no se da suficiente cariño a un hijo, experimenta cierto retraso en el crecimiento, tanto físico como emocional. De mayor tendrá muchos problemas para relacionarse con los demás, porque será incapaz de mostrar sus emociones. La falta de afecto de los padres anulan en el niño el sentimiento de afecto hacia los demás, de empatía y compasión.

 

Es importante trabajar en él área emocional de tus hijos, no porque no se ven las heridas emocionales no son importantes, lo que hagas con tus hijos de pequeños será el cimiento del adulto que llegará a ser. Recuerda, tu como  papá o mamá  eres el quien debe escribir las mejores vivencias en tu hijo, es tu responsabilidad, no del maestro, porque… El que escribe en el alma de un niño, escribe para siempre… para bien o para mal.

 

Profra. Nohemí Galván Elizondo

Escuela Normal Miguel F. Martinez

Monterrey

Secretaría de Educación Pública

Maestra

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