El papel del esposo en el matrimonio

EL PAPEL DEL ESPOSO EN EL MATRIMONIO

Este tiempo de confinamiento nos ha hecho volver a la reflexión, a la introspección (inspección por dentro) sobre muchos aspectos de la vida, uno de ellos es cuál es el papel del esposo en el matrimonio.

En generaciones pasadas, para muchos, los roles en la familia se repartían con cierta facilidad. El hombre tomaba el rol de proveedor y dar buen ejemplo (no emborracharse, no ser mujeriego y no robar…). La mujer se encargaba del resto, educar a los hijos, recrear un ambiente familiar sano. Como consecuencia, el hombre aprendía que no tenía responsabilidades en los oficios domésticos ni en el cuidado de sus hijos, pues esas eran “cosas de mujeres”. La mujer por su parte aceptaba además que ella era la que debía atender al esposo.

Con esta sencilla segmentación de roles, la gran mayoría lograron salir adelante, con algunos aciertos y errores. Era claro que quienes se apegaran a esta estructura de roles podrían más o menos lograr la empresa de sacar una familia adelante. Quienes se salieran de esta fórmula pagarían las consecuencias. Pero, también fomentaba una división muy drástica entre las actividades masculinas y femeninas dentro de la relación matrimonial y traían un desbalance poco sano al matrimonio.

Los tiempos cambiaron. En retrospectiva vemos que no fue suficiente. La mujer se emancipó, y el hombre tuvo que compartir las responsabilidades dentro del hogar.

Los tiempos cambiaron y el hombre tiene que asumir un papel más activo (sino protagónico) en la educación de los hijos, en la participación dentro del hogar, en relación con su esposa.

El contexto ya no es el mismo y la dinámica familiar ha cambiado, por ello te propongo algunos consejos que pudieran servir, principalmente en este tiempo de confinamiento en donde la exposición exige ser un esposo 24/7:

1. Es importante que el esposo se desprenda de su familia de origen. Entendiendo que deja su nido nuclear para formar otro hogar. Esto no significa no ver, tratar, ayudar a su familia de origen, sino que la prioridad será su nueva familia.
2. Compartir los roles domésticos. Si quiere que tu casa esté ordenada limpia y dispuesta, todos quienes la integran deben cooperar. El ejemplo es un buen motivador. De ahí que un buen líder -si lo quiere ser en su hogar- tiene que poner el ejemplo siendo el primero en hacer actos de orden, disciplina, laboriosidad, servicio.
3. Prestar más atención a habilidades como la inteligencia emocional. Tolerancia, comprensión, entendimiento, respeto, comunicación, trabajo en equipo son las destrezas más socorridas. Difícilmente se puede salir adelante en la vida sin algunas destrezas en esta área de la inteligencia emocional.
4. Explorar y desarrollar más una comunicación afectiva eficaz. Es decir, mostrar más actos de respeto, servicio y admiración por tu cónyuge. Todos necesitamos una dosis de cariño, comprensión, admiración… un abrazo, un beso, una palabra bonita.
5. Enseñar, principalmente a los hijos varones, cómo es importante en la relación conyugal: actos de amabilidad, entendimiento y comprensión. En una discusión tener la razón no siempre llevará a un final feliz, la prudencia como virtud de la razón nos ayudará a encontrar la justa medida oportuna entre razón y emoción.

Sin pretender ser exhausto, estas y otras más llevadas a la práctica como virtud es lo que está requiriéndose para tener relaciones matrimoniales más funcionales y felices.

¡Feliz día del padre!