FORMACIÓN CÍVICA Y ÉTICA

Seguramente quienes ahora somos padres de familia o abuelos, recordamos las clases de Civismo que llevamos cuando fuimos alumnos. Esta materia en las que se nos enseñaba el significado de los colores de nuestra bandera y su escudo, nos enseñaron a respetarla y saludarla siempre en posición correcta, recitar sin equivocarnos el Juramento: “Bandera de México, legado de nuestros héroes…” cantar el toque de bandera: “Se levanta en el mástil mi bandera…” entonar en posición de firmes nuestro Himno Nacional Mexicano, y emocionarnos cuando lo escuchamos, en fin, aprendimos a respetar nuestros símbolos patrios y amar nuestra identidad como mexicanos.

Etimológicamente, civismo deriva del latín civis, que significa ciudadano. De acuerdo con esta etimología, el civismo constituye el conjunto de cualidades que permiten a los ciudadanos vivir en la ciudad, en comunidad respetando normas de convivencia pacífica, aceptando las reglas del juego de la democracia y los derechos fundamentales o los valores constitucionales. Cívico es el comportamiento propio o característico del ciudadano.

La ética, se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana, proviene del griego étikos que significa, carácter, por lo tanto, determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. La moral es un conjunto de normas, valores y creencias existentes y aceptadas por la sociedad.

De acuerdo a la Secretaria de Educación, a través del estudio de la asignatura de Formación Cívica y Ética en la Educación Básica se pretende entre otras cosas, que los alumnos:

• Se asuman como sujetos dignos, capaces de desarrollarse mediante el disfrute y cuidado de su persona, de tomar decisiones responsables y autónomas para orientar la realización de su proyecto de vida y su actuación como sujetos de derechos y deberes que participan en el mejoramiento de la sociedad.

• Reconozcan la importancia de ejercer su libertad al tomar decisiones con respon- sabilidad y regular su conducta de manera autónoma para favorecer su actuación apegada a principios éticos, el respeto a los derechos humanos y los valores de- mocráticos.

Sin embargo, los resultados no están a la vista; la desobediencia de los hijos hacia los padres, la falta de respeto de los alumnos hacia los maestros, la violencia juvenil, el mal uso de su sexualidad, altos índices de embarazo entre jovencitas, el abuso de drogas, entre otras cosas.

 Sería muy fácil culpar a los padres de familia por no hacer correctamente su trabajo, pero sí bien es parte del problema, es una responsabilidad compartida, tanto de escuela, autoridades gubernamentales y padres de familia.

Los valores morales se han relajado porque los responsables lo han permitido, lo que antes era ético y moral, ahora pasa a ser obsoleto para dar nuevas pautas de significado de ética y moral.

La televisión, el internet, las redes sociales que están hasta el último rincón de las casa, con contenidos poco apto para los pequeños, y que la autoridad permite, también son parte muy importante de esta situación.

Pero, la escuela no es ajena a esto, la asignatura de Formación Cívica y Ética sí esta “formando ciudadanos capaces de desarrollarse mediante el disfrute de su persona”, considerando sus derechos pero dando poco énfasis a sus responsabilidades.

El alumno desde preescolar debe aprender a valorarse y respetarse como persona, valorar y respetar a los demás. Debe aprender a ser propositivo buscando el bien de su familia y comunidad, es muy importante que las autoridades educativas  asuman su responsabilidad y consideren en planes y programas temas y actividades que aporten a dejar ciudadanos valiosos para la sociedad