y los niños siguen en casa…
y los niños siguen en casa...
Ya va a ser un año de que a causa de la pandemia que vivimos, niños y jóvenes dejaron de ir a las aulas y están prácticamente confinados en sus casas, a los niños no los dejan ni ir a los parques, no les permiten entrar ni a las tiendas, para ellos se acabaron las fiestas y sus salidas a jugar y socializar. Los niños y adolescentes necesitan moverse, correr, brincar, gritar, de modo que saquen toda la energía que tienen.
Cuando inició la pandemia vimos el “encierro” como una buena oportunidad para estar juntos como familia en el hogar, pero la verdad es que no ha sido tan fácil, este tiempo en casa ha traído conflictos familiares complicados.
Se han agregado dificultades y pleitos por la continua convivencia en casa y sin poder salir, problemas entre los padres por falta de trabajo y por lo tanto por falta de dinero, crisis a causa de enfermedad, tiempos de duelo por la partida de un ser querido, además de las dificultades cotidianas de la vida misma.
¿Qué hacemos en casa cuando ya cumplimos con nuestras clases en línea? ¿Qué hacemos los adultos cuando concluimos nuestras labores de “home office”? Lo ideal sería que conviviéramos armónicamente y en paz, y quizá, en muchos hogares si se tengan actividades para reafirmar juntos conocimientos y valores pero…
Generalmente, en las casas hay pantallas; pantallas chicas como las de un teléfono, medianas como las de una tablet o computadora, grandes como la televisión, todo esto con una gran variedad de contenido… de modo que podríamos decir que la familia está junta en casa, pero cada quien está en “su mundo” conectado con una actividad distinta.
Y aquí es donde tenemos que “parar antenas” como padres de familia. Porque a través de los dispositivos y pantallas, estamos abriendo la puerta de nuestros hogares a un sinfín de personajes, costumbres, ideas, palabras, conductas; muchas veces con intenciones contrarias a las que nosotros permitiríamos; personajes que si fueran de carne y hueso claro que no dejaríamos que “se juntaran” con nuestros hijos y menos que se sentaran a la mesa con la familia o entraran con ellos a encerrarse en sus recámaras o cuartos.
¿Qué ven tus hijos?
¿Qué tipo de música escuchan?
¿Quiénes son sus ídolos juveniles?
¿Qué juegos tienen en sus dispositivos?
¿Con quien se están comunicando a través de las redes sociales?
Los programas de televisión, los video juegos y las redes sociales, divierten entretienen y pueden ser una herramienta comunicativa muy buena que nos ayudan a estar conectados a todas partes del mundo. Sin embargo debemos estar conscientes de los riesgos que que tienen para niños y adolescentes. Por lo que te comparto algunas ideas que te pueden servir para cuidar lo más valioso que tienes: TUS HIJOS
- Debes cuidar el contenido de la programación que ven tus hijos. Siéntate y comparte con ellos un tiempo, si te agradan los personajes, si tienen un comportamiento y vocabulario que te gustaría ver en tus hijos, déjalos, si no es así, no permitas que vean los programas o juegos que no te agradan. Pues ellos pueden repetir las conductas, palabras o actitudes de esos personajes.
- Controla el tiempo que están frente a una pantalla, no es correcto ni sano que estén todo el tiempo que tiene libre después de sus clases, frente a una pantalla.
- Hay que decir a nuestros hijos que en las redes sociales suele haber perfiles falsos y que no debe aceptar personas que no conozca.
- Advierte a tus hijos que no den información o datos privados de ellos ni de la familia a nadie, aunque le parezca confiable.
- Enseña a tus hijos que sus acciones en internet tienen consecuencias.
Recuerda que lo que se escribe en el alma y la mente de un niño se escribe para siempre y difícilmente se puede borrar.
Profra. Nohemí Galván Elizondo
Escuela Normal Miguel F. Martinez
Monterrey
Secretaría de Educación Pública
Maestra