SEMILLAS DE SALUD MENTAL
Semillas de Salud Mental
¿Qué tan importante es la autoestima en tu vida?
Entendamos la autoestima como el valor propio que sentimos por nosotros mismos, ¿Cuál sería la razón para sentirme valioso, importante, digno? ¿Acaso lo obvio por naturaleza necesita una razón? Pues no, pero en el proceso de desarrollo de la persona ocurren experiencias que dictan “razones” para no sentirse valioso, importante, digno, único, especial y en el proceso se pierden dosis importantes de autoestima.
¿Cómo se siente una persona con baja autoestima? Triste, que vale poco, que no es importante, participa poco en grupos, habla poco, habla quedo, no dice lo que piensa, está de acuerdo en lo que dicen los demás; piensa que su opinión no es importante, da igual, que lo más seguro es que nadie le escuche y entonces hubiera sido mejor no hablar y por lo tanto, no opina, no sugiere, tiene pocos amigos, se pone nervios@ con facilidad si le toca hablar ante un grupo, de paso lento, busca pasar desapercibid@, no corre riesgos, no se atreve, tiende a la rutina, se justifica, es racional, poco emotivo, conservador. Una importante aclaración, no es la descripción de un tipo de persona así, lo que dice que es de baja autoestima, sino la razón de ello. La autoestima no viene de una descripción externa sino de una razón interna.
¿Qué significa tener una alta autoestima? A veces, los padres quieren formar hijos seguros, fuertes y con alta estima. Evitan que “sufran” y que “pasen carencias”, que no batallen para que disfruten bien y vivan de lo mejor, que se acostumbren a lo “bueno” y así piensan que los hijos se van a forjar siempre a conseguir lo mejor porque esa es la vida que sus padres han intentado darles, y ese es precisamente el problema, que es la vida que les dan, no que les enseñan a forjar.
Con este estilo de educación los hijos no desarrollan la tolerancia a la frustración, todo lo quieren ya, de inmediato, lo mejor, si la realidad no se ajusta a sus deseos, algo esta mal en la vida y hay que arreglarlo porque ellos no saben “sufrir”, no toleran situaciones frustrantes. Se creen dueños del universo…y pensábamos que estábamos educando hijos con alta autoestima. Ahora son adultos arrogantes, inseguros, buscan usar el poder (económico, de la marca que usan, del apellido, de un cargo organizacional, etc.) para imponerse y mostrar su “alta estima”, su “valor”, su “grado de importancia”; con nula actitud de servicio por que creen que servir tiene un carácter peyorativo.
Más que alta autoestima, es un valor propio fundado en cosas externas que buscan llenar un vacío interno…y se forma la soberbia.
Entonces, ¿Qué es la autoestima? ¿Cómo tener una autoestima sana y funcional, si se le pudiera llamar así? Es la medida en que te estimas, te amas, confías en ti y te valoras. Es el valor propio por el hecho de ser persona, tan valioso y digno por ser creado a imagen y semejanza de Dios. No se necesita nada adicional del mundo exterior para ser valioso, importante y digno. El consumismo y la sociedad mercantilista en que vivimos nos hacen pensar y sentir que necesitamos la mejor ropa y accesorios personales para “realmente valer”.
La autoestima sana es el eje por el cual se desarrollan de manera funcional los diferentes aspectos de nuestra vida, como la vida familiar, social, profesional, nuestra salud, finanzas, pasatiempos y demás esferas de vida, la autoestima tiene un importante impacto en el cumplimiento de la misión de ser feliz.
Estar bien consigo mismo te permite tener y exponer tus puntos de vista, respetar y aceptar el de los demás, te permite ver a los demás como personas importantes y dignas solo por el hecho de ser personas, con actitud de servicio, pues se reconoce que servir a los demás es una expresión generosa que engrandece tanto al que da como al que recibe.
Una persona con alta estima propia y funcional está llena por dentro de un valor que le permite sentir que no necesita nada de fuera. Mientras más estima tengas menos cosas necesitas. Vive feliz porque decides ser feliz. La persona que es y que se siente amada es feliz. Ámate y siéntete amado por ti mismo. Ámate incondicionalmente, no necesitas ninguna razón para amarte, no hay necesidad de buscar condiciones que justifiquen ese amor.
La persona que se siente amada y aceptada tal y como es, vive desde el amor; no necesita “ser” o “comportarse” de la forma en que cree que otros esperan de él, de tener que ser diferente para ser aceptado y amado, si fuera así, no vive desde una fuente de amor sino desde una fuente de temor, miedo a reconocer esta condición de ser, miedo a que otros sepan que no es tal como es.
Ámate y acéptate tal y como eres, ama y acepta al otro tal y como es. Este es el entorno afectivo que hace germinar la semilla de grandeza que hay en cada persona, decide tratar al otro como si tuviera un potencial, como si fuera especial y talentoso, simplemente porque lo es, aunque tus ojos no lo vean. Ya lo decía Antoine de Saint-Exupéry en El Principito: “lo esencial es invisible a los ojos”.
Finalmente, te invito a querer a las personas y a creer en ellas. Es normal que se equivoquen, que cometan errores, que tengan miedos y que se frustren, es parte de su proceso de crecimiento, es parte del desarrollo de su confianza y seguridad. Si hay amor incondicional en su entorno afectivo, sus tormentas en la vida serán tormentas de perfección.
Autor:
Psic. Hugo Campos
Lic. En Psicología (UANL)
Maestría en Desarrollo Organizacional (UDEM)
Maestría en Ciencias de la Familia (Instituto JPII)
25 años de experiencia como Gerente y Director de Recursos Humanos en empresas de Grupo Vitro y DuPont.
Desde el 2010 trabaja como Consultor de Empresas y Consulta Privada de Psicoterapia a jóvenes, adultos, pareja y familia.